«Nam Nidhan dice que para avanzar, es necesario volver a nuestra infancia y entender que ésta sólo vive en las creencias que tenemos de nosotras mismas…»

Amarse es uno de los principales desafíos y regalos de la vida. Para aquellas que a estas alturas de su pasar por esta dimensión, todavía no lo han experimentado, quiero decirte que nunca es tarde para comenzar. Mientras respires puedes hacer todo lo que te propongas y más.

Es común oír, que el amor propio es lo más importante pero ¿Cómo diablos se hace eso?, algunas dan tips asociados a temas de belleza, otras a frases un poco más profundas, lo que está bien, no existe una única definición, todo depende del cristal con que se mire la realidad. Sin embargo, es mucho más complejo que eso, de lo contrario, libros como este no existirían.

Después de entender que pasé tantos años sin vivenciar realmente lo que significaba amarme incondicionalmente, reconocí que lo primero que debía hacer era conocerme, ¿Quién soy? No es una pregunta fácil de responder, requiere un alto grado de autoconocimiento para el cual hay que tomarse el tiempo necesario y comprometerse inamoviblemente a iniciar ese viaje con destino a tu interior. Ser consciente, sentir la necesidad y no salir de ahí hasta que logres expandir tu consciencia.

Cuando te comprometes en la expansión de tu conciencia entras a un proceso de encontrar y cuestionar tus creencias más arraigadas. Es una experiencia que marca un antes y un después, en el cual aparentemente dejas de ser la persona que eras, para ser alguien completamente diferente. Ese alguien nuevo va naciendo con el autoconocimiento, la auto indagación profunda y la observación consciente de todo lo que está a tu alrededor. El primer paso para comenzar es perder/vencer el miedo de ir a lo desconocido, ya que nuestra esencia primordial nos está esperando, por lo que es necesario que estés consciente que la desconstrucción de tu antiguo ser, con sus viejos patrones y creencias, es el camino para renacer, para ser la mejor versión de ti mismo, porque literalmente a eso vinimos a este plano de existencia.

El desarrollo de la conciencia y el cuestionamiento de toda la programación que hemos vivido hasta este momento, es la clave para aprender de una vez por todas a amarnos de verdad. Sin esto, difícilmente saldremos del lugar donde estamos e ir hacia donde debemos y merecemos estar. Nam Nidhan dice que para avanzar, es necesario volver a nuestra infancia y entender que ésta sólo vive en las creencias que tenemos de nosotras mismas, no podemos cambiar lo que ya pasó, pero si podemos cambiar esas creencias subconscientes de lo que somos ahora.

Si te conviertes en la madre y el padre de ti misma hoy, aceptándote, cuidándote, guiándote, auto disciplinándote, amándote incondicionalmente, vas a poder crear y desplegar esta identidad verdadera, infinita y la otra se hará cada vez más pequeña, perdiendo todo su poder. Con esta nueva identidad, serás real y manifestar todo lo que has venido a ser.

Para lograrlo, debes ser fuerte y entrar en las sombras de todo el peso de tu pasado, que te impide avanzar para poder manifestar la vida que te mereces de nacimiento y por derecho de conciencia. El merecimiento de una vida abundante no es un número que se compra en la lotería, no, NACEMOS con esta garantía, pero nos han hecho creer por años que debemos pelear para obtenerlo.

Hay que ser consciente que nos merecemos todo lo bueno del universo, no obstante, hay vivir coherentemente. Dios no hace por el hombre, lo que este no puede hacer por si mismo.

La invitación es a soltar los apegos, situaciones, recuerdos dolorosos que no te pertenecen. Imagina que estás en un globo de aire, a punto de salir a la mejor aventura de tu vida, pero ese globo no puede alzar su mayor vuelo, porque tiene mucho equipaje. Cada maleta representa todos aquellos apegos y situaciones que debes soltar, reconoce qué maleta está llena de recuerdos pasados, cargas y culpas que ya no te pertenecen, tómalos y lánzalos al aire. Una vez que ejecutas esta acción, observa, disfruta de como tu globo se va alzado y comienzas a ver la inmensidad de la vida.

Bienvenida de la libertad, del amor propio.