“Reconocer todo lo bueno que ya existe en tu vida es la base de la abundancia.”
Valora de tu cuerpo
Nuestro cuerpo es una máquina perfecta, sofisticada, única y tan compleja que nadie ha sido capaz de copiar. El cuerpo humano es una maravilla, es un sistema especial, objeto de estudio de científicos por años. Nuestro cuerpo es poderoso, se renueva a si mismo celularmente hablando, nuestros órganos, sentidos, huesos, todo nuestros sistemas, el cerebro, todo es perfecto. Ni hablar de la capacidad de crear vida que tenemos las mujeres, más poderosas aún.
Nuestro cuerpo es el portal por donde llegas a la vida, en múltiples cultura se ha honrado el cuerpo femenino por generaciones, es considerado sagrado y cuidado como tal. Pero eso ha cambiado, se fue perdiendo, sin embargo, estamos en una época donde todo es posible y a grandes escalas.
El cuerpo humano ha sido objeto de múltiples tertulias, sobretodo el nuestro, por siglos las mujeres nos hemos visto expuestas a evaluación y valoración externa dado nuestro cuerpo. Hay industrias que han hecho imperios, gracias al cuerpo de la mujer y si lo vemos desde perspectiva económica, somos motor productivo, gracias a nuestra existencia y nuestras necesidades (reales y creadas) se levantan millones de emprendimientos.
Esto es positivo, pero cuando transgrede valores la cosa se pone color de hormiga. Hace unos años, leí una entrevista a una periodista danesa, que comentaba su experiencia por el mundo de las revistas de moda. Un relato que me impacto y aún lo recuerdo, es que hacía mención que las súper modelos, de ese entonces, como no podían alimentarse un día antes del desfile, para no estar hinchadas y que les queden bien el vestuario, comían algodón. Si, como lees algodón pero no de azúcar, sino ese que usamos para desmaquillarnos. Me pareció deshumanizante, una cree que ese mundo es fácil, que por ser bellas y flacas tienen todo resuelto pero no es así, entonces cuestionas qué precio estás dispuesta a pagar para encajar en unos estándares tan dolorosos.
Lo mismo ocurre con las modelos de Victoria Secret, todas se someten dos meses antes del desfile a una extenuante rutina de ejercicio para lograr el cuerpo perfecto para el momento de la presentación. Además, tienen un gimnasio donde deben entrenar de 3 a 5 días a la semana.
Una erróneamente pensaría que ellas son perfectas así, desconociendo el intenso trabajo que hay detrás. La belleza ayuda, pero nada te libera del precio a pagar.
Desde niñas hemos aprendido múltiples creencias limitantes respecto al cuerpo, nos han enseñado desde el pudor y la vergüenza (al menos en mi caso), nos han hecho comentarios no a lugar, que han cavado hondo en nuestra autoestima, han hecho burla de tus “defectos” y todo eso, lo hemos arrastrado a la vida adulta, escondido en conductas inconscientes y dañinas que están tan automatizadas, que ni siquiera las cuestionamos.
Nuestra lucha interna generalmente está asociada al control del peso, al tamaño de los senos y del volumen del trasero, pero vivimos sumergidas en la ansiedad por no lograr ese estándar socialmente aceptado, sumado al débil amor propio, hacen estragos en nuestra mente, porque no tenemos la madurez suficiente para enfrentarnos y salir con toda la actitud al mundo.
Ni hablar de la comparación, que encuentro horrible, ahora porque comprendo el dolor y daño que nos provoca. Desde que ENTENDI que somos únicas, ya no lo hago y ha sido un trabajo duro, porque si miras para el lado, siempre habrá a juicio de estándares, alguien mejor que TU, pero en esencia TODAS SOMOS UNICAS, UNA Y PERFECTAS PARA NUESTRO APRENDIZAJE EN ESTE PLANO.
La experiencia de la maternidad, me ayudó mucho para aceptar y valorar mi cuerpo. En un inicio fue muy difícil, no lo voy a negar. Pero cuando comprendes que una de las personas que amas más en este mundo, nació de ti, se formó en ti, descubres la maravilla y la fortaleza de ser mujer. Nunca he sido tan feliz con la tremenda panza, jajaj, se luce con orgullo y nadie te la crítica, aunque pasado ciertos meses, ya se pone muy pesada.
No digo que para sentirse mujer y valorarse, esté como condición ser mamá. No, no me mal interpreten, eso es una decisión muy personal, admiro tanto a quienes tienen muchos hijos como a quienes deciden no tenerlos.
Lo menciono solo como experiencia de vida, cada vez que veo mis estrías y cicatrices, las considero hermosas aunque no me gusta andar de presumida, jajajajaj, aun guardo el pudor, post trauma infantil (abuso) respecto a mi cuerpo.
Ahora te invito a tomar conciencia respecto a nuestro cuerpo, ese del cual muchas veces nos quejamos, vemos solos las imperfecciones y pocas veces valoramos. Si somos duras con lo que no nos gusta, nuestro discurso interno será poco amable.
Si pudiéramos mirarnos con otros ojos, sería muy distinta la realidad en torno a nuestro cuerpo. Hoy me encanta ver personas normales en las RRSS mostrando cuerpos reales, me gusta ver que el tan hostil mundo de la moda, haya cedido, porque eso democratiza los diferentes tipos de mujeres. En lo particular me encanta Ashley Graham, una modelo XL, pionera en romper los estándares inalcanzables del alta costura. Y como ella, hay muchas otras que han roto los esquemas, visibilizando múltiples realidades.
¿Conoces Body Positivity? es un movimiento social creado para desafiar y cuestionar las maneras en que la sociedad presenta y observa el cuerpo humano, aunque hay personas que lo confunden con la promoción de la obesidad.
El propósito del movimiento es que todas las personas puedan liberarse de la presión social y dejar de dañarse por cumplir cánones de belleza estandarizados, que no consideran la diversidad morfológica especialmente de las mujeres. Ejemplo: Una persona latina tiene una estructura corporal muy diferente a una nórdica o una asiática. Por lo general, las latinas son más voluptuosas pero eso no la hace mejor o peor.
La invitación es a reconocer la diversidad de cuerpos, respetar la diferencia, aprender a amarnos y aceptarnos tal cual somos. Sin embargo, agregaría también que debemos hacernos cargo de aquello que no nos gusta y que es trabajable.
Entonces, pregúntate ¿Qué estoy dispuesta a hacer para cambiar eso que no me gusta? ¿Me quedo en la queja o tomo acción? ¿Me motivo o gana la negatividad?
Si no me hago cargo de eso, constantemente mi mente se enfocará en aquello que no me gusta, promoviendo sentimientos de inseguridad e inferioridad, lo cual terminará afectando el autoestima.
El ¿Cómo te veas? ¿Cómo te sientas? o Cómo esté tu estado salud física, mental y emocional, depende exclusivamente de ti. No olvides que nuestro cuerpo es un reflejo de lo que sucede en nuestro interior.
Yo amo y acepto mi cuerpo, entiendo que por más que sueñe, me esfuerce o me estrese, nunca podré medir más de lo que mido, así que eso lo acepto e integro. No obstante, si no puedo mover mi cuerpo, por mis malos hábitos, no basta con aceptar mi cuerpo, porque en el fondo creo que eso sería resignación por baja autoestima. Y cuando te amas comprendes bien la diferencia entre aceptación y resignación.
Amemos a ese cuerpo que nos ayuda a cumplir nuestros sueños, ese que nos alberga a diario, que nos traslada. Seamos cariñosas con él, cuidémoslo y escuchemos sus señales, porque nos habla a diario.
La mejor forma de honrar a tu templo personal es manteniendo hábitos saludables, que influyan positivamente en la construcción y percepción de tu YO interno.
No hay secretos, todo es movimiento y eso es tu responsabilidad.
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